QUE DEJAN HUELLA
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Llevo más de media vida escapando siempre hacia adelante. Empecé a hacer vídeos para escapar de la idea de que mi madre se había ido para siempre. Tenía 18 años y empecé a contar con vídeos las historias que ella contaba escribiendo. Empecé mis 30 con un cargo de directivo en una empresa y una depresión importante. No me importa decirlo. Creo que si eres honesto con la vida, la vida será honesta contigo. Escapé de aquella etapa creando Ensu.
Me dedico a hacer vídeos de boda para escapar de la frialdad de todo cuanto nos rodea. Hacer bodas implica vivir el mejor día en la vida de cada nueva familia. Los novios se aislan por un día y se concentran en lo esencial. Como cuando era niño y salía a jugar al jardín, no existía nada más que el más inmediato de los presentes. Una boda es un libro abierto. Cada fin de semana miro y escucho con atención todo cuanto me rodea e intento obtener un pedazo de verdad que me enseñe a caminar.
Me vuelvo a casar con Marta en cada boda, dos veces, cuando grabo y cuando edito. Con cada consentimiento renuevo mi compromiso con la vida, darlo todo por la gente que me rodea, tratar de no necesitar nada e ilusionarte con todo.
Marta.
Pensar, valorar, cuestionarse, inspirarse, trazar caminos y descubrir respuestas, y, también, claro está, coger el empuje y la fuerza necesarios para emprender una aventura nueva. La nada y el todo.
Amante de la cultura, la sensibilidad, la reflexión, la fantasía y los por qués. De pequeña quería ser como Marie Curie y ganar el Premio Nobel. Luego, necesité más leer que respirar.
Ahora quiero sentir el agua de la playa escurrirse entre los dedos de mis pies. Y ver felices a mis hijas. Ser, sentir y saber. Y aprender, siempre.